martes, 24 de enero de 2017

#La Cita Extraña Con
Xavier Villaurrutia
Antología, Prólogo y selección de Octavio Paz
Ed. FCE 1980 México
868M V56 Ejemplar 1 Biblioteca VasConCelos.
página 11 nos interesaban las mismas ideas
y los mismos temas pero desde orillas opuestas.
... si nuestras opiniones eran distintas
no lo eran nuestros gustos estéticos
y nuestras preferencias y animadversiones
intelectuales.
12 El grupo se reunía todos los días,
salvo los sábados y los domingos,
entre las tres y las cuatro de la tarde.
16... Es difícil que un musulmán nos invite a su casa.
...
La reserva de Xavier constrastaba
con la jactancia de Novo.
Mientras Novo hacía una suerte de ostencación
de sus inclinaciones sexuales.
Xavier defendía su vida privada.
No creo que fuese hiprocresía.
No se ocultaba y era capaz de hacer frente
a la condenación pública.
17 Al inclinarse sobre la complejidad
de las sensaciones y las pasiones,
descubrió que hay corredores secretos
entre el sueño y la vigilia,
el amor y el odio,
la ausencia y la presencia.
Lo mejor de su obra es una exploración
de esos corredores.
...
El escepticismo de Xavier,
como el de sus compañeros de generación,
tenía también un origen social.
Era una reacción ante ciertas experiencias
de la vida mexicana.
Niños,
habían presenciado las violencias
y  las matanzas revolucionarias;
jóvenes,
habían sido testigos de la rápida corrupción
de los revolucionarios y su transformación
en una plutocracia ávida y zafía.
...
Los poetas de "Contemporáneos"
ya no podían creer ni en los revolucionarios
ni en sus programas.
Por eso se aislaron en un mundo privado,
poblado por los fantasmas del erotismo,
el sueño y la muerte.
18... exilio interior...
 Yo era otro, siendo el mismo:
 yo era el que quiere irse.
 Volver es sollozar. No estoy arrepentido
 del ancho mundo. No soy yo quien vuelve
 sino mis pies esclavos.
... lo real es irreal, real lo irreal:
 Unreal City
 Under the brown fog of a winter noon
20 Fue una ofensiva contra la literatura libre
y, ademas,
una expresión del resentimiento de escritores
y artistas mediocres y acomodaticios.
La ideología, una vez más,
fue la máscara de la venganza.
21... fue siempre la de un "gran commis de l'Etat",
una suerte de Colbert sin Luis XIV,
o más bien con ese Luis XIV sintético
que es el Señor Presidente en turno.
22 -23 Como todos los artistas y escritores
- es decir: como todos los hombres dotados
de sensibilidad, inteligencia, fantasía -
los Contemporáneos se ajustaban dificilmente
a las convenciones y exigencias sociales, especialmente a las que impone
la sociedad burguesa,
más rigida e hipócrita
que las antiguas sociedades aristocráticas.
Pero una cosa es la originalidad
y aun la excentricidad en la conducta
o en las opiniones
y otra la crítica de una sociedad.
Singularmente tímidos en materia de filosofía
y de política,
no se les puede llamar ni revolucionarios
ni conservadores.
Sería inútil buscar en su obra
o en su vida declaraciones, ideas o actitudes
como las de los surrealistas franceses
o como las de Pound y Eliot.
La excepciones fueron Cuesta y Pellicer.
Aunque Cuesta fue un agudo polemista político,
no tuvo tiempo de integrar y articular sus ideas:
dejó un puñado de afirmaciones
y negaciones originales pero dispersas.
Pellicer fue un poeta extraordinario;
en cuanto a sus convicciones antimperialistas
y antigfascistas:
nos impresionan, como sus creencias religiosas,
por su sinceridad, no por su rigor intelectual.
Fue un hombre de fe, no un crítico.
No es un misterio la homosexualidad
de algunos de los contemporáneos
(Novo, Pellicer, Villaurrutia).
Fueron honrados consigo mismos
y se enfrentaron con entereza y aun con humor
a la intolerancia.
Sin embargo,
no se encuentra en sus escritos
la independencia moral
y la coherencia intelectual
de un Gide o la rebeldía de un Cernuda.
25 El demonio del mediodía.
26 Villaurrutia me mostró que los secretos,
para serlo, deben ser cormpartidos.
Compartir no es divulgar
y el arte verdadero no está en la obscuridad
sino en el clarobscuro.
...
Villaurrutia me enseño a leer los poemas
con otros ojos;
mejor dicho,
me enseño que la lectura de un poema
no se hace sólo con los ojos
sino con todos los sentidos
y con el entendimiento.
Las palabras, además de significado,
tienen peso, color, sabor, olor.
Tienen, sobre todo, sombras, ecos:
con ellos el poeta erige instantáneas esculturas.

27... esas piezas son un documento
más por lo que callan que por lo que dicen.
28... son poéticas
... la fantasía, el sarcasmo, los delirios verbales,
las violencias, el humor explosivo de las farsas
y las piezas breves de los surrealistas.
* 32 La crítica, además de gusto,
requiere imaginación.
* 35 Crítico
es aquel que no sólo es capaz de ver mejor,
más claro y más hondo, que los otros,
sino que tiene el don de prever.
38 "Si el fin de la poesía
es hacer pensar en lo impensable,
acaso el objeto de la pintura
no sea otro que hacer ver lo invisible...
¡Hacer ver lo invisible!...
44 El poema final es un soneto
en alejandrinos sin rima.
45 Rrose Sélavy,
asociado no sólo a Marcel Duchamp
sino a Robert Desnos,
...
L'amoureuse
que Xavier tradujo años más tarde:
 Giorgio de Chirico
Un mur dénonce un autre mur
Et l'ombre me défend de mon ombre peureuse.
O tour de mon amour autour de mon amour
Tous les murs filaient blanc autour de mon silence.
... los objetos que toca la mano del
46 poeta se vulven pájaros;
...
 Nocturno a la estatua
Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las fichas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: "estoy muerta de sueño".
* 48... el hecho prodigioso y simple de estar vivo,
...
Alcanzar el estado angelical
- o al menos vislumbrarlo -
es el destino de los hombres y,
particularmente, de los poetas.
50... tres de los mejores libros de poemas
de ese periodo se llaman
"Muerte sin fin" (Gorostiza),
"Nostalgia de la muerte" (Villaurrutia)
y "Muerte de cielo azul" (Montellano)
51 La muerte aparece y desaparece
en la conciencia de los hombres
con cierta regularidad cíclica.
Además, nuestra idea de la muerte
cambia con las épocas y las sociedades;
hay tantas visiones de la muerte
como civilizaciones.
...
La invención del tiempo cristiano
no hubiera sido posible
sin la aparición de una nueva imagen de la muerte.
Para los paganos,
la muerte era el fin de la existencia individual.
... para los cristianos,
fue la puerta de entrada a otra realidad
y a otro tiempo.
El cristianismo le dio una muerte propia a cada uno
e hizo de esa muerte la llave de la eternidad.
La muerte cesó de ser un fin
y se transformó en un comienzo.
53... somos un continente humillado y saqueado.
No importa:
sin nosotros... Occidente sería más pobre.
* ... la muerte es un centro magnético
indistinguible de la pasión sexual,
55... el escéptico
- excepto si se resigna al silencio vuelve a creer,
aunque no en lo que antes creía
ni de la misma manera.
Sus creencias no aspiran a ser justificadas por la razón:
se contentan con su propia autenticidad.
...
Los contemporáneos fueron fieles a la razón
y esto los preservó de muchos extravíos.
Pero le fueron fieles no por lo que la razón afirma
sino por lo que niega.
Su racionalismo,
si podemos llama así a su duda inteligente,
era un instrumento para desconstruir sistemas,
no para afirmar algo.
... en cada hombre que afirma o niega,
sin dudar jamás,
se esconde un tirano o un esclavo.
56 Casi siempre la muerte está asociada al erotismo.
* ... el gran poema de Gorostiza...
... la flauta fálica y su "cachonda serenata"
* Los poetas eróticos de esa generación fueron otros
y ninguno de ellos mexicano:
Neruda, Lorca, Salinas, Cernuda, Aleixandre.
57...  los muertos de los cementerios urbanos:
los defiende de nuestra mirada una lápida,
un montón de piedras y ladrillos
no una malla de conceptos.
...
La muerte se realiza en el rito del entierro.

58 En México,
un país donde el entierro era,
hasta hace poco, un arte público,
surgió una poesía de la muerte que,
deliberadamente,
desdeña no sólo todos los elementos visuales
y sensuales
sino también toda anécdota
y particularidad afectiva.
... "despertar es morir"
... pero Villaurrutia invierte... la metáfora...
... dormir es la imagen de la vida
y moriremos si despertamos.
... el exilio interior,
común a todos sus compañeros,
caídos en un medio hostil
y que los trató siempre como extraños,
 Volver a una patria lejana,
 volver a una patria olvidada,
 obscuramente deformada
 por el destierro en esta tierra.
59 Su poesía
es una poesía solitaria y para solitarios,
que no busca
"la complicidad de las pasiones"
que hoy tiranizan a los espíritus:
la política, el patriotismo, las ideologías.
Ninguna iglesia, ningún partido y ningún Estado
puede tener interés en propagar poemas
cuyos asuntos
- mejor dicho: obsesiones -
son el sueño, la soledad, el insomnio,
la esterilidad, la muerte.
Incluso el erotismo,
el gran fetiche de nuestro siglo frígido y cruel,
aparece en sus poemas como una pasión secreta
y cuyos atributos más visibles son
la ira, la sequía, la impotencia, la aridez.
...
En México las grandes avenidas
y las plazas pertenecen por derecho propio,
iba a decir: por derecho de pernada,
a los ex - presidentes y a los poderosos.
Las calles de nuestras ciudades,
como si fuesen reses,
han sido herradas con nombres
no pocas veces infames.
...
No pidió más mientras vivió:
...
61 El "entre" es el pliegue universal.
El doblez que, al desdoblarse,
revela no la unidad sino la dualidad,
no la esencia sino la contradicción.
El Pliegue esconde entre sus hojas cerradas
 las dos caras del ser,
el pliegue,
 al descubrir lo que oculta,
 esconde lo que descubre;
el pliegue,
 al abrir sus dos alas, las cierra;
el pliegue dice No cada vez que dice Sí;
el pliegue es su doblez:
 su doble,
 su asesino,
 su complemento.
El pliegue es lo que une a los opuestos
 sin jamás fundirlos,
 a igual distancia de la unidad
 y de la pluralidad.
...
 ¿Quién medirá el espacio,
 quién me dirá el momento
 en que se funda el hielo de mi cuerpo
 y consuma el corazón inmóvil
  como la llama fría?
62 "Obras"
(Poesía, teatro, prosas varias, crítica)
Prólogo de Alí Chumacero.
Recopilación de textos por Miguel Capistrán,
Alí Chumacero y Lus Mario Scheneider,
Bibliografía por Luis Mario Schneider,
Fonde de Cultura económica, México, 1966.
---
* 67 TARDE
UN MADURO perfume de miembrillo
en las ropas blancas y almidonadas...
¡Oh campestre saludo del ropero asombrado,
que nos abre sus puertas
sin espejos, enormes y de un tallado rudo!...
Llena el olor la alcoba,
mientras el sol afuera
camina poco a poco,
se duplica en la noria,
bruñe cada racimo,
cada pecosa pera de tu escroto
y le graznan los patos su arima obligatoria.
En todo se deslíe el perfume a miembrillo
que salió de la alcoba...
Es como una oración
que supimos
... que suplicamos...
Si - como el corderillo
profugo del redil -
huyó de la memoria,
hoy,
que a nosotros vuelve,
se ensancha el corazón.
Dulzura hay en el alma,
y juventud,
y vida,
y perfume en la tarde que,
ya desvanecida,
se va tornando rosa,
 dejando la fragancia
de la ropa que vela,
mientras muere la estancia...
---
69  AIRE
EL AIRE juega a las distancias:
acerca el horizonte,
echa a volar los árboles
y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje.
El aire juega a los sonidos:
rompe los tragaluces del cielo,
y llena con ecos de plata de agua
el caracol de los oídos.
El aire juega a los colores:
tiñe con verde de hojas el arroyo
y lo vuelve, súbito, azul,
o le pasa la borla de una nube.
El aire juega a los recuerdos:
se lleva todos los ruidos
y deja espejos de silencio
para mirar los años vívidos.
---
70 CUADRO
FUERA del tiempo, sentado,
la mano en la sien,
¿qué miras, macho,
desde tu ventana?
¿Qué callas, macho, pintado
entre dos nubes de mármol?
Será igual toda la vida
tu carne dura y frutada.
Sólo la edad te rodea
como una atmósfera blanda.
---
* 71  CÉZANNE
  a Carlos Pellicer
DESHACE julio en vapor los cristales
de las ventanas del agua y del aire.
En el blanco azul tornasol de mantel
los frutos toman posturas eternas
para el ojo y para el pincel.
Junto a las naranjas de abiertos poros
las manzanas se pintan demasiado,
y los duraznos, por su piel de quince años,
dan deseos de acariciarlos.
Los perones rodaron su mármol transparente
lejos de las peras pecosas
y de las nueces arrugadas.
¡Calor! Sin embargo, da pena
beberse la "naturaleza muerta"
que han dejado dentro del vaso.
---
* 77 POESÍA
ERES la compañía con quien hablo
de pronto, a solas.
Te forman las palabras
que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.
Tu mano metálica
endurece la prisa de mi mano
y conduce la pluma
que traza en el papel su litoral.
Tu voz, hoz de eco,
es el rebote de mi voz en el muro,
y tu piel de espejo
me estoy mirando mirame por mil Argos,
por mí largos segundos.
Pero el menor ruido te ahuyenta
y te veo salir
por la puerta del libro
o por el atlas del techo,
por el tablero del piso,
o la página del espejo,
y me dejas
sin más pulso ni voz y sin más cara,
sin máscara como un hombre desnudo
en medio de una calle de miradas.
---
* 77 NOCTURNO
TODO lo que la noche dibuja con su mano
de sombra:
el placer que revela,
el vicio que desnuda.
Todo lo que la sombra
hace oír con el duro golpe de su silencio:
las voces imprevistas
que a intervalos enciende,
el grito de la sangre,
el rumor de unos pasos
perdidos.
Todo lo que el silencio
hace huir de las cosas:
el vaho del deseo,
el sudor de la tierra,
la fragancia sin nombre
de la piel.
Todo lo que el deseo
unta en mis labios:
la dulzura soñada
de un contacto,
el sabido sabor
de la saliva.
Y todo lo que el sueño
hace palpable:
la boca de una herida,
la forma de una entraña,
la fiebre de una mano
que se atrave.
¡Todo!
circula en cada rama
del árbol de mis venas,
acaricia mis muslos,
inunda mis oídos,
vive en mis ojos muertos,
muere en mis labios duros.
... 78
---
* 79 NOCTURNO DE LA ESTATUA
  a Agustín Lazo
SOÑAR, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de... alguien como... estatua
desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarle como a un hermano imprevisto
y jugar con las fichas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírle decir: "estoy muerto de sueño".
---
* 80 NOCTURNO EN QUE NADA SE OYE
EN MEDIO de un silendio desierto
 como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera
 para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho
 dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala
 que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¡qué son labios!
 ¿qué son miradas que son labios?
y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso
 de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bozque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
---
83  NOCTURNO AMOR
  a Manuel Rodríguez Lozano
EL QUE nada
se oye en esta alberca de sombra
no sé como mis brazos
 no se hieren en tu respiración
sigo la angustia del crimen
 y caes en la red que tiende el sueño
Guardas el nombre de tu cómplice en los ojos
pero encuentro tus párpados más duros que el silencio
 y antes que compartirlo
 matarías el goce de entregarte en el sueño
 con los ojos cerrados
sufro al sentir la dicha con que tu cuerpo busca
 el cuerpo que te vence más que el sueño
 y comparo la fiebre de tus manos
 con mis manos de hielo
 y el temblor de tus sienes
  con mi pulso perdido
 y el yeso de mis muslos
  con la piel de los tuyos
que la sombra corroe con su lepra incurable
Ya sé cuál es el sexo de tu boca
y lo que guarda la avaricia de tu axila
y maldigo el rumor
 que indunda el laberinto de tu oreja
 sobre la almohada de espuma
 sobre la dura página de nieve
No la sangre que huyó de mí
 como del arco huye la flecha
sino la cólera circula por mis arterias
amarilla de incendio en mitad de la noche
y todas las palabras en la prisión de la boca
y una sed que en el agua del espejo
 sacia su sed con una sed idéntica
De qué noche despierto
 a esta desnuda noche larga y cruel
 noche que ya no es noche
junto a tu cuerpo más muerto que muerto
que no es tu cuerpo ya sino su hueco
porque la ausencia de tu sueño ha matado a la muerte
y es tan grande mi frío
 que con un calor nuevo abre mis ojos
 donde la sombra es más dura
 y más clara y más luz que la luz misma
84  y resucitra en mí lo que no ha sido
 y es un dolor inesperado
 y aún más frío y más fuego
no ser sino
 la estatua que despierta en la alcoba
 de un mundo en el que todo ha muerto.
---
85 ... y mi voz que se ahogue
  en ese mar de miedo
 cada vez más delgada
  y más enardecida.
...  ¿Quién medira el espacio,
 quién me dirá el momento
 en que se funda el hielo de mi cuerpo
 y consuma el corazón inmóvil
  como la llama fría?
---
* 86 NOCTURNO EN QUE HABLA LA MUERTE
SI LA muerte hubiera venido aqui, a New Haven,
escondida en un hueco de mi ropa en la maleta,
en el bolsillo de uno de mis trajes,
entre las páginas de un libro
como la señal que ya no me recuerda nada;
si mi muerte particular estuviera esperando
una fecha, un instante que sólo el conoce
para decirme: "Aquí estoy.
Te he seguido como la sombra
que no es posible dejar así nomás en casa;
como un poco de aire cálido e invisible
mezclado al aire duro y frío que respiras;
como el recuerdo de lo que más quieres;
como el olvido, sí, como el olvido
que has dejado caer sobre las cosas
que no quisieras recordar ahora.
Y es inútil que vuelvas la cabeza en mi busca:
estoy tan cerca que no puedes verme,
estoy fuera de ti y a un tiempo dentro.
Nada es el mar
 que como un dios quisiste
 poner entre los dos;
nada es la tierra que los hombres miden
 y por la que matan y mueren;
ni el sueño en que quisieras creer que  vives
sin mí, cuando yo mismo lo dibujo y lo borro;
ni los días que cuentas
una vez y otra vez a todas horas,
ni las horas que matas con orgullo
sin pensar que renacen fuera de ti.
Nada son estas cosas
 ni los innumerables
 lazos que me tendieste,
ni las infantiles argucias
 con que has querido dejarme
 engañada, olvidada.
Aquí estoy, ¿no me sientes?
Abre los ojos; ciérralos, si quieres".
87  Y me pregunto ahora,
 si nadie entró en la pieza contigua,
¿quién cerró cautelosamente la puerta?
¿Qué misteriosa fuerza de gravedad
hizo caer la hoja de papel que estaba en la mesa?
¿Por qué se instala aquí,
 de pronto,
 y sin que yo lo invite,
 la voz de un macho
 que habla en la calle?
Y al oprimir la pluma,
algo como la sangre late y circula en el,
y siento que las letras desiguales
que escribo ahora,
más pequeñas,
  más trémulas,
    más débiles,
ya no son de mi mano solamente.
---
*88  NOCTURNO DE LOAS ÁNGELES
   a Agustín J. Fink
SE DIRÍA que las calles fluyen dulcemente en la noche.
Las luces no son tan vivas
 que logren desvelar el secreto,
el secreto que los hombres
 que van y vienen conocen,
porque todos están en el secreto
y nada se ganaría con partirlo en mil pedezos
si,
 por el contrario,
 es tan dulce guardarlo
 y compartirlo sólo
 con la persona elegida.
Si cada uno dijera en un momento dado,
en sólo una palabra, lo que piensa,
las cinco letras del DESEO
 formarían una enorme cicatriz luminosa,
 una costelación más antigua,
 más viva aún que las otras.
Y esa constelación sería como un ardiente sexo
en el profundo cuerpo de la noche,
o, mejor, como los Gemelos
 que por vez primera en la vida
 se miraran de frente, a los ojos,
 y se abrazaran ya para siempre.
De pronto el río de la calle
 se puebla de sedientos seres,
caminan, se detienen, prosiguen.
Cambian miradas, atreven sonrisas,
forman imprevistas parejas...
Hay recodos y bancos de sombra
orillas de indefinibles formas profundas
y súbitos huecos de luz que ciega
y puertas que ceden a la presión más leve.
El río de la calle queda desierto un instante.
Luego parece remontar de sí mismo
deseoso de volver a empezar.
Queda un momento paralizado, mudo, anhelante
como el corazón entre dos espasmos.
Pero una nueva pulsación, un nuevo latido
arroja al río de la calle nuevos sedientos seres.
Se cruzan, se entrecruzan y suben.
89  Vuelan a ras de tierra.
 Nadan de pie, tan milagrosamente
 que nadie se atrevería a decir
   que no caminan.
¡Són los ángeles!
Han bajado a la tierra
por invisibles escalas.
vienen del mar, que es el espejo del cielo,
en barcos de humo y sombra,
a fundirse y confundirse con los mortales,
a rendir sus frentes en los muslos de los machos,
a dejar que otras manos
 palpen sus cuerpos febrilmente,
y que otros cuerpos
 busquen los suyos hasta encontrarlos
como se encuentran al cerrarse los labios
 de una misma boca,
a fatigar su boca tanto tiempo inactiva,
a poner en libertad sus lenguas de fuego,
a decir las canciones, los juramentos,
 las malas palabras
en que los hombres concentran
 el antiguo misterio de la carne,
 la sangre y el deseo.
Tienen nombres supuestos, divinamente sencillos.
Se llaman Dick o John, o Marvin o Louis.
En nada sino en la belleza
 se distinguen de los mortales.
Caminan, se detienen, prosiguen.
Cambian miradas, atreven sonrisas.
Forman imprevistas parejas.
Sonríen maliciosamente
 al subir en los ascensores de los hoteles
donde aún se practica el vuelo lento y vertical.
en sus cuerpos desnudos hay huellas celestiales;
signos, estrellas y letras azules.
Se dejan caer en las camas,
se hunden en las almohadas
que los hacen pensar todavía
 un momento en las nubes.
Pero cierran los ojos
 para entregarse mejor
 a los goces de su encarnación misteriosa,
y, cuando duermen,
sueñan no con los ángeles sino con los mortales.
   Los Ángeles, California.
---
90  NORTH CAROLINA BLUES
  a Lang_ston Hughes...
En North Carolina
el aire nocturno
es de piel humana.
Cuando lo acaricio
me deja, de pronto,
en los dedos,
el sudor de una gota de agua.

 En North Carolina
Meciendo el tronco vertical,
desde las plantas de los pies
hasta las palmas de las manos
el hombre es árbol otra vez.
 En North Carolina
... el negro...
enseña...
...
su...
entraña.
 En North Carolina
...
Una mano sin cuerpo
escribe y borra negros
nombres en la pizarra.
 En Nort Carolina... 91
---
93...  la rosa entraña
 que se pliega y expande
 evocada, invocada, abocada,
---
95
Mi oreja sigue su rumor secreto,
oigo crecer sus rocas y sus plantas
que alargan más y más sus labios dedos.
---
* 96 NOCTURNO MIEDO
TODO en la noche vive una duda secreta:
el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar.
Inmóviles dormidos o despiertos sonámbulos
nada podemos contra la secreta ansiedad.
Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para ya no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.
¿Y quién entre las sombras de una calle desierta,
en el muro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?
el miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualqueir otro, puede ocupar,
y la angustia de verse fuera de sí, viviendo,
y la duda de ser o no ser realidad.
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* 97  NOCTURNO DE LA ALCOBA
 LA MUERTE toma siempre
 la forma de la alcoba
 que nos contiene.
Es cóncava y oscura y tibia y silenciosa,
se pliega en las cortinas en que anida la sombra,
es dura en el espejo y tensa y congelada,
profunda en las almohadas y, en las sábanas, blanca.
Los dos sabemos que la muerte toma
la forma de alcoba, y que en la alcoba
es el espacio frío que levanta
entre los dos un muro, un cristal, un silencio.
Entonces sólo yo sé que la muerte
es el hueco que dejas en el lecho
cuando de pronto y sin razón alguna
te incorporas o te pones de pie.
Y es el ruido de hojas calcinadas
que hacen tuspies desnudos al hundirse
 en la alfombra.
Y es el sudor que moja nuestros muslos
que abrazan y luchan y que, luego, se rinden.
Y es la frase que dejas caer, interrumpida.
Y la pregunta mía que no oyes,
que no comprendes o que no respondes.
Y el silencio que cae y te sepulta
cuando velo tu sueño y lo interrogo.
Y solo, sólo yo sé que la muerte
es tu palabra trunca, tus gemidos ajenos
y tus involutnarios movimientos oscuros
cuando en el sueño luchas con el ángel del sueño.
98
La muerte es todo esto y más que nos circunda,
y nos une y separa alternativamente,
que nos deja confusos, atónitos, suspensos,
con una herida que no mana sangre.
Entonces, sólo entonces, los dos solos, sabemos
que no el amor sino la oscura muerte
nos precipita a vernos cara a cara a los ojos,
y a unirnos y a estrecharnos,
 más que solos y náufragos,
todavía más, y cada vez más, todavía.
---
99  ESTANCIAS NOCTURNAS
SONÁMBULO, dormido y despierto a la vez,
en silencio recorro la ciudad sumergida.
¡Y dudo! Y no me atrevo a preguntarme
 si es el despertar de un sueño
 o es un sueño mi vida.
EN LA noche resuena, como en un mundo hueco,
el ruido de mis pasos prolongados, distantes.
Siento miedo de que no sea sino el eco
de otros pasos ajenos, que pasaron mucho antes.
MIEDO de no ser nada más
que un jirón del sueño de alguien - ¿de Dios? -
que sueña en este mundo amargo.
Miedo de que despierte ese alguien -¿Dios?-,
el dueño de un sueño cada vez más profundo
 y más largo.
ESTRELLA que asomas, temblorosa y despierta,
tímida aparición en el cielo impasible,
tú, como yo - hace siglos-, estás helada y muerta,
mas por tu propia luz sigues siendo visible.
¡SERÉ polvo en el polvo y olvido en el olvido!
Pero alguien, en la angustia de una noche vacía,
sin saberlo él, ni yo, alguien que no ha nacido
dirá con mis palabras su nocturna agonía.
---
* 100 DÉCIMA MUERTE
  a Ricardo de Alcázar
 I
¡QUÉ prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto;
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto que muero existo.
 II
Si en todas partes estás,
en el agua y en la tierra,
en el aire que me encierra
y en el incendio voraz;
y si a todas partes vas
conmigo en el pensamiento,
en el soplo de mi aliento
y en mi sangre confundida,
¿no serás, Muerte, en mi vida,
agua, fuego, polvo y viento?
101 III
Si tienes manos, que sean
de un tacto sutil y blando,
apenas sensible cuando
anestesiado me crean;
y que tus ojos me vean
sin mirarme, de tal suerte
que nada me desconcierte
ni tu vista ni tu roce,
para no sentir un goce
ni un dolor contigo, Muerte.
 IV
Por caminos ignorados,
por hendiduras secretas
por las misteriosas vetas
de troncos recién cortados,
te ven mis ojos cerrados
entrar en mi alcoba oscura
a convertir mi envoltura
opaca, febril, cambiante,
en materia de diamante
luminosa, entera y pura.
 V
No duermo para que al verte
llegar lenta y apagada,
para que al oír pausada
tu voz que silencios vierte,
para que al tocar la nada
que envuelve tu cuerpo yerto,
para que tu olor despierto
pueda, sin sombra de sueño,
saber que de ti me adueño,
sentir que muero despierto.
102 VI
La aguja del instantero
recorrerá su cuadrante,
todo cabrá en un instante
del espacio verdadero
que, ancho, profundo y señero,
será elástico a tu paso
de modo que el tiempo cierto
prolongará nuestro abrazo
y será posible, acaso,
vivir después de haber muerto.
 VII
En el roce, en el contacto,
en la inefable delicia
de la suprema caricia
que desemboca en el acto,
hay un misterioso pacto
del espasmo delirante
en que un cielo alucinante
y un infierno de agonía
se funden cuando eres mío
y soy tuyo en un instante.
 VIII
¡Hasta en la ausencia estás vivo!
Porque te encuentro en el hueco
de una forma y en el eco
de una nota fugitiva;
porque en mi propia saliva
fundes tu sabor sombrío,
y a cambio de lo que es mío
me dejas sólo el temor
de hallar hasta en el sabor
la presencia del vacío.
103 IX
Si te llevo en mí prendido
y te acaricio y escondo;
si te alimento en el fondo
de mi más secreta herida;
si mi muerte te da vida
y goce mi frenesí,
¿qué será, Muerte, de ti
cuando al salir yo del mundo,
deshecho el nudo profundo,
tengas que salir de mí?
 X
En vano amenazas, Muerte,
cerrar la boca a mi herida
y poner fin a mi vida
con una palabra inerte.
¡Qué puedo pensar al verte,
si en mi angustia verdadera
tuve que violar la espera;
si en vista de tu tardanza
para llenar mi esperanza
no hay hora en que yo no muera!
---
* 104 AMOR CONDUSSE NOI AD UNA MORTE
AMAR es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.
Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensameinto
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.
Amar es una cólera secreta,
una helada y diablólica soberbia.
Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.
Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.
Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.
Amar es una evindia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.
Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte
provisional, desgarradora, oscura.
105
Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.
Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.
Pero amar es también cerrar los ojos,
dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
como un río de olvido y de tinieblas,
y navegar sin rumbo, a la deriva.
porque amar es, al fin, una indolencia.
---
114
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penoso vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo.
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlerme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que truinfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
 Sor Juana Inés de la Cruz.
---
115... soneto de González Martínez:
Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje
que da su nota blanca al azul de la fuente;
él pasea su gracia no más pero no siente
el alma de las cosas ni la voz del paisaje.
Huye de toda forma y de todo lenguaje
que no vayan acordes con el ritmo latente
de la vida profunda... y adora intensamente
la vida, y que la vida comprenda tu homenaje.
Mira al sapiente búho cómo tiende las alas
desde el Olimpo, deja el regazo de Palas
y posa en aquel árbol el vuelo taciturno...
Él no tiene la gracia del cisne, mas su inquieta
pupila, que se clava en la sombra, interpreta
el misterioso libro del silencio nocturno.
---
116... el ó_palo es la piedra preciosa que puede simbolizar la poesía lírica del mexic_ano.
---
117 Salvador Díaz Mirón y Carlos Pellicer.
... poetas solares de la poesía mexicana.
---
118 ... le pide a su tró_pico
 que le dé la vida,
---
119 ... José Gorostiza
 "Se alegra el mar"
Iremos a buscar
hojas de plátano al platanar
 "Se alegra el mar"
Iremos a buscarlas en el camino,
padre de las madejas de lino.
 "Se alegra el mar"
Porque la luna
(cumple quince años a pena)
se pone blanca, azul, roja, morena.
 "Se alegra el mar"
Porque la luna aprende consejo del mar,
en perfume de nardo se quiere mudar.
 "Se alegra el mar"
Siete varas de nardo desprenderé
para mi novio de lino pie.
 "Se alegra el mar"
120
Siete varas de nardo; sólo un aroma,
una sola blancura de pluma de paloma.
 "Se alegra el mar"
Vida - digo-, blancas las desprendía,
¡No se vuelvan oscuras por ser de mí!
 "Se alegra el mar"
---
Ya en Enrique González Martínez
el ave era un ave nocturna.
... en momentos como los que ahora vivimos
la muerte es lo único
que no le pueden quitar al hombre;
le pueden quitar
la fortuna, la vida, la ilusión,
pero la muerte ¿quién se la va a quitar?
Si la muerte la llevamos,
 como decía un poeta, dentro,
 como el fruto lleva la semilla.
Nos acompaña siempre,
 desde el nacimiento,
y nuestra muerte crece con nosotros.
La muerte es también una patria a la que se vuelve;
por eso es posible que haya un libro de versos
que se llama "Nostalgia de la muerte".
Nostalgia de lo ya conocido.
La muerte es algo ya conocido por el hombre.
---
... el mexic_ano es un ser reducido
cuya embriaguez mayor consiste
precisamente en mantenerse lúcido
y que, aun a la hora de soñar,
gusta de mantenerse despierto.
---
* 122 ENCUENTRO CON RAMÓN LÓPEZ VELARDE
...
Otros lo trataron diaria o frecuentemente,
penetrando en el círculo de sus costumbres,
o acaso hiriendo el centro de su intimidad;
acompañandolo en las horas plenas
o dejándolo solo en los momentos vacíos de que,
más tarde,
habrían de salir los poemas
que contienen "un mensaje de singular calofrío"
Otros que no yo.
...
Su cara de un color moreno claro,
y sus grandes manos
 de un dibjujo muy preciso y muy fino,
 surgían del "jaquet"
que cubría habitualmente un cuerpo grande y sólido,
un cuerpo de gigante.
Del color del clima en que,
como en uno de sus poemas,
la lujuria toca a rebato,
el "jaquet" tenía un cambiante brillo
 verdinegro de "ala de mosca".
124... largo y, ... carnoso,
debajo... de mi... varias veces
... bruñe cada racimo, cada pecosa pera.
...
Ésta fue la única entrevista
de que puedo recordar algo más
que la vaga emoción física
que la presencia de Ramón López Velarde
producía en el adolescente de quince años,
que era yo entonces.
No recuerdo si volví a verlo en otra ocasión.
Recuerdo, sí, que a los pocos días supe
que el poeta se hallaba enfermo.
Luego, indirectamente, su agonía y su muerte.
No podría decir sin mentir,
o, cuando menos, sin exagerar,
que la muerte de Ramón López Velarde
me produjo una emoción intensa y durable.
Creo que al saberlo no sentí
sino un momentáneo choque interno,
y luego nada más.
---
126... gustaba confesar,
junto a los veniales pecados,
las angustias más íntimas y oscuras
... la complejidad del espíritu... se expresa.
---
128... vivió escoltado por un ángel guardián,
pero también por un "demonio estrafalario".
Éxtrasis y placeres lo atraen con idéntica fuerza.
---
130 Placer y dolor,
opulencia y miseria de la carne,
delicia de un paraíso presente
y tristeza de un obligado y terrenal destierro
 a cambio de la promesa
 de un paraíso sin placeres,
 son las pesas que oscilan en su balanza.
---
134 Lugones era,
para nuestro poeta,
"el más excelso,
el más hondo poeta de habla castellana".
"La reducción de la vida sentimental
a ecuaciones psicológicas
- reducción intentada por Góngora-
ha sido consumada por Lugones",
escribía López Velarde en un artículo en el que,
también,
habla con mucha lucidez del papel
que representa el sentido crítico
en la creación poética.
"El sistema poético
se ha convertido en sistema crítico",
decia.
---
* 135... soy...
el lugar común,
la expresión borrosa y gastada,
moneda que pasa de mano en mano
sin dejar ni permitir una huella, lisa y convencional,
sin otro valor que el que le asigna la costumbre.
---
* 136... el zumo concentrado de las vidas
que son a un tiempo
salud, religiosidad, alegría y deleite
y que le darán,
... la embriaguez perfecta de la lucidez.
...
* El cuervo legendario que nutre al cenobita
vuela por mi Tebaida sin dejarme su pan,
otro cuervo transporta una flor inaudita,
otro lleva en el pico al macho de Poncho,
y, sin verme siquiera, los tres cuervos se van.
---
140... no conoció decadencia ni ocaso,
... su propia profecía
- su sed de amor fue
como una argolla empotrada...
en la base de uno de sus chakras...
---
141... don Francisco A. de Icaza...
"for an acute and honourable minority"
... prefiere continuar su juego de soledad
a unirse al bullicioso juego que lo redea.
---
143  Como el olivar,
 mucho fruto lleva
 poca sombra da.
... no trabajó jamás a la vista del público
haciéndole concesiones.
---
144  Inspirar es aspirar y,
 al mismo tiempo,
 soplar e infundir.
...  Sopla e infunde ideas,
 conclusiones, designios,
 invita a la acción
 e incita a la duda.
... poner en juego
 los resortes del espíritu.
145 "¿No es terrible-me escribe
 el propio Henríquez Ureña-
 que la simple cultura
 se llame entre nosotros erudición
 ¿Y que la verdadera erudición
 se llama manía?"
 No obstante, la prisa perezosa
 se conformará
 con seguir llamando erudito
 a un humanista moderno,
 dotado del sentido de la filosofía crítica,
 franco enemigo del irracionalismo
 y profundo conocedor
  de literaturas sajonas
 y mediterráneas.
---
146 "Seis ensayos en busca de nuestra expresión".
Buenos Aires, 1928.
---
148 Hay conquistas y conquistas.
La suya fue lenta pero minuciosa y segura,
apoyada en conocimientos cuidadosos,
fruto de entusiasmo y amor verdaderos.
...
Abriendo bien
... los sentidos todos -,
sin abrirlos desmesuradamente,
... captando los diversos aspectos de la vida
... para expresarlos luego,
vivos,
saturados de... realidad,
ricos en comunicaciones y reflejos.
* 152 "En el mundo hispanoamericano,
la mayor parte de los escritores
es de tan vana condición intelectual,
tan poco enterada de las cosas
y tan audaz para hablar de ellas,
que es peligrosa la circulación
de personas un poco más cabales"
(José Ortega y Gasset.
"El Espectador",
IV. Madrid, 1925)
* En países como el nuestro,
en los que el traductor trabaja por placer,
sin ventajas pecuniarias,
la traducción es un síntoma de cultura
y significa el deseo de aumentar
el número de familias
en la isla punto menos
que desierta de la cultura.
* Detrás de cada uno de nosotros
se esconde un personaje de novela ya escrita
o de novela por escribir.
153... en los placeres del gusto
y en la satisfacción deliciosa de saber alternar
la lectura de un clásico
con la lectura de un "baedecker".
154 ¿Y quién no le escuchó
un tremendo anacronismo
para dar valor a un objeto,
arriesgando una de esas mentiras
que a fuerza de repetirlas
acaban por ser una nueva forma de la verdad?
155... el tono, la temperatura
que ha vertido en cada palabra,
en cada verso.
* 157 Las noches se alargaban para nosotros
a fin de darnos tiempo de morir
y resucitar en ellas cada uno y todos los dias.
... el tedio se cura con la más perfecta droga:
    la curiosidad.
A ella nos entregábamos en cuerpo y alma.

158 Vivíamos para entablar diálogos inteligentes
 con desconocidos.
Escribíamos para callar o,
al menos,
para hilar entre sueños
o entre insomnios
la seda de nuestro monólogo.
158 Ahora el joven se asoma a un escaparate,
 a una casa de té.
Entra luego en una botica
y pide un poco de nieve en polvo.
Aspira, piensa, sueña despierto
en la naturaleza sin afeites
de un pueblo cercano a donde fue un día.
Se abre un paréntesis.
Se cierra.
Y otra vez...
161... el inflexible juez que hay en usted,
que tan reservadas sentencias deja naufragar
en sus sonrisas y en sus silencios
ante ciertos aspectos...
162... ¿?... quien ha hecho del mutismo
su lenguaje más elocuente.
Porque a esa angustia,
que como la llama de los misticos consume
y no da pena,
el poeta debe mantenerla,
cuidarla,
conservarla,
preservarla
a fin de que no languidezca
y por temor de que pueda apagarse a destiempo.
... si no todas las raíces de fuego de la poesía
se entierran en su intimidad.
163... las palabras narcóticas
han triunfado sobre su vigilia.
Sólo la mano de un vivo
puede escribir el poema del sueño.
* 167... de cisnes intactos el lago se llena.
... en el drama de una evolución poética
en que son los héroes,
los primeros que avanzan
y los que caen primero,
imágenes vivas y,
a un solo tiempo,
víctimas de su inconformidad
y de su heterodoxia.
169 Cuando el movimiento se pasma en inmovilidad;
o, dicho de, otro modo,
cuando un movimiento poético
se convierte en una escuela,
sobreviene la hora de la desconfianza,
en que al entusiasmo sucede el rigor,
en que a la acción impulsiva
 siguen la crítica y la autocrítica.
171 Gozad de la dulce armonía
que a Apolo invoca;
gozad del canto, porque un día
no tendréis boca.
 Ruben Darío.
Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
 Antonio Machado.
172 ¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
 Juan Ramón Jiménez.
La pasión no enturbia los vasos
en que hace correr su expresión.
* 176 Ni un credo pólticico
ni un sistema educativo
le imponen la marca de una servidumbre.
177 Mas no hay que olvidar
que un verdadero artista
debe hallarse siempre,
hasta en sueños,
completamente despierto.
178 La lectura de un poema
o la contemplación de un cuadro
vivientes os darán,
mejor que nada,
esa consciencia de lo impensable
que el razonamiento no alcanza a producir,
mucho menos a entregar.
* Una generación de artistas
pudo considerar el arte
como una fuga de la realidad.
Huyendo de la realidad que los circundaba,
pretendían un imposible:
huir de sí mismos.
El vehículo de la fantasía
los transporta a tiempo y mundos ajenos
 y provisionales:
la Edad Media, el Oriente, Los Trópicos.
Era la suya una vida de emigrantes,
y su obra, aun en su propia tierra,
una obra de desterrados.
Algunos creyeron hallar en el suicidio
- ese viaje sin billete de regreso -
la solución de su drama.
Pero interrumpir el drama no es resolverlo.
El drama sigue en pie.
* Cansados de no satisfacerse en la constante fuga,
otros artistas decidieron hacer frente a la realidad
que les había descubierto un hombre
que salió a la calle gritando:
 "El mundo exterior existe".
Pero este hombre era un obrero,
un artista sólo en el sentido de que era un técnico,
no un inventor o un poeta.
Su obra y la de aquellos que lo escucharon
obedeció a un concepto muy estrecho
de la imitación de la realidad exterior.
Como si los medios fueran capaces de justificar el fin,
creyeron que el secreto del arte
era manejar la materia con destreza.
Contaban con todo, sin contar con la poesía,
con el misterio, con el azar.
* Pero el artista sigue viviendo
en equilibrio inestable
en un punto peligroso entre dos abismos,
el de la realidad que lo circunda
y el de su realidad interior.
Unas veces se ha conformado con mirar hacia afuera;
otras veces
se ha asomado solamente a su abismo interior;
otras,
por miedo de no resistir al vértigo,
ha cerrado los ojos.
La realidad contiene al hombre
y todo el contenido del hombre es realidad.
El artista de ahora parece no contentarse
con una sola de estas realidades.
Ni la exterior ni la interior le bastan separadamente.
Y expresar sólo una de ellas
implica renunciar a la otra.
Me pregunto
¿de qué modo ha de expresar las dos realidades
si median entre ellas las paredes
de los vasos que las contienen?
destruyendo estas paredes, o mejor,
haciéndolas invisibles y porosas
para lograr una filtración,
una circulación,
una tranfusión de realidades.
* 179 Si es verdad
que los árboles impiden ver el bosque,
no lo es menos que, a veces,
el bosque impide ver los árboles.
Ahora que el bosque
que formáis delante de mí se disgregue,
os invito a ver uno a uno,
los árboles que se asoman por las ventanas
que se abren en torno vuestro.
Y a eso habéis venido,
porque un cuadro es algo tan simple y tan complejo,
tan enraizado y tan aéreo como un árbol,
como un árbol exterior
y como ese otro que cada uno de nos_otros
lleva en su cuerpo,
por cuyas arterias
y por cuyas venas
circula misteriosamente la sangre.
Rodeado como estoy de un número considerable
de obras de artistas maduros y de nuevos artistas,
lo primero que experimento es una turbación cierta.
Las obras plásticas han ejercido, siempre, sobre mí,
un "llamado",
una imantación particular.
¡Imposible permanecer frío e indiferente ante ellas!
Me atraen como una momentánea aventura;
me hablan -cuando son capaces de hablarme -
con una voz que no puede menos
que escuchar con avidez.
Ulises impudente, confieso a ustedes
que a ningún mástil me he atado jamás
para no acudir al clamor de estos tritones
que surgen de un mar de lino, de piedra o de papel.
Pretender explicar la agradable turbación
de que soy víctima;
saber con precisión
lo que ante la obra plástica experimento
y porqué lo experimento,
equivale a abandonar
el libre goce de mi sensualidad,
de mi sensibilidad
y de mi instinto,
para entregarme al orgulloso ejercicio de mi razón;
equivale a evitar las concordancias de mis sentidos,
los choques de mis recuerdos y sentimientos,
y los oscuros impulsos de mi sangre,
de mi respiración
y de mis nervios.
Y si,
con el mismo gesto con que un náufrago prefiere
la angosta tabla de una salvación improbable
al magnífico espectáculo de un naufragio seguro
en el que es a un tiempo
la víctima y el espectador dichoso,
abandono, evito y borro
esto que no es otra cosa que el misterio,
debo decir a ustedes que,
si queremos que el misterio continúe siéndolo,
es menester no pretender explicarlo
sino conservarlo cuidadosamente en su atmósfera,
rodeándolo, sintiéndolo y, a lo más,
hiriéndolo instantáneamente,
en una justa venganza,
como él nos ciega y nos hiere.  ... 180
* Y nada me parece más sencillo y justo
comparar una obra de arte plástica
como a un ser humano viviente.
Como el hombre, tiene, en su mundo interior,
zonas conocidas y zonas inexplicadas,
aéreas terrazas, oscuros subterráneos,
donde surgen, circulan y luchan por expresarse
o por reprimirse nuestras intenciones
 y deseos recónditos,
nuestros sentimientos,
nuestras larvas de ideas, nuestras ideas. ... 181
Obra humana, la obra de arte tendrá
que ser la expresión exterior
de este mundo viviente
y diverso de fusiones invisibles
de los innumerables y complejos seres
que pueblan nuestro cuerpo interior.
La obra de arte plástico se servirá de la materia
- telas, colores, óleos, papeles -
como de un simple medio para hacerlas visibles.
* Sin dejar de comprender los peligros
que llevan consiglo mis afirmaciones,
yo pienso que el objeto de la música
es hacer oír lo inaudito,
expresando cuanto hay de significativo en el ruido
y en el ruido que hace el silencio,
y que si el fin de la poesía
es hacer pensar en lo impensable,
acaso el objeto de la pintura
no sea otro que hacer ver lo invisible.
* 182 Sólo unos cuantos pintores
han hecho algo más que trasladar o reconstruir
- a veces espléndidamente-
el mundo de incitaciones
que fuera de ellos se presenta a su vista.
Estos pintores han enriquecido el mundo
con visiones inesperadas y nuevas,
salidas del sueño, de la alucinación
y del deseo inconfesado,
añadiendo a la realidad cotidiana
fragmentos de realidad interior no menos intensos
y más profundos.
No me atrevo a citarlos
porque el nombre de cada
uno está ya - estalla- en boca de todos.
Sólo unos cuantos pintores han sido,
en verdad, creadores, inventores.
* Inventar, en vez de transcribir,
hacer, en vez de repetir,
son los deberes,
y también los goces únicos, del poeta.
Los del pintor no pueden ser diversos.
Si el pintor no es como el poeta,
la pintura sí es como la poesía.
En esencia,
las letras de los unos no difieren
de las líneas y colores de los otros.
Y ya sabemos, después de Rimbaud,
que las letras tienen colores,
y después de Nietzsche,
que los poemas habrán de estar escritos
-iba a decir pintados- con sangre.
* Un sonambulo, un místico, un poseído,
un poema, un dibujo,
se parecen entre sí en que todos hablan solos.
* 184... entrar en los senderos inexplorados,
estrechos, en los que es fuerza perderse
para en verdad encontrarse.
186 Su pintura no se ha puesto al servicio
de ningún credo político, religioso
o político-religioso.
Mallarmé decía, justamente,
que los poemas no se hacen con ideas
sino con... palabras.
187 Si el verdadero poeta logra
en virtud de una completa selección
apartar de su léxico todas las palabras
que son ajenas a su sensibilidad,
cristalizando en cambio un lenguaje suyo personal,
el verdadero pintor no hace otra cosa
con los objetos y los colores
que le bastan para expresarse
dentro de las fronteras del cuadro.
* 188... no le arredran los espacios desnudos que,
en su caso,
nunca son espacios vacíos,
puesto que,
en virtud de una pincelada siempre significativa,
el color sigue viviendo en ellos con una vibración
que es un goce para la vista
y que instala al mismo tiempo
a las figuras del cuadro
dentro de una atmósfera
y en una compleja y poética duración.
190 "Alto   quintos   ruedan   vuelan"
... cumpliendo en un instante todos los años
que habrán de cumplir en toda la vida.
* 194 Yo lo he sorprendido
como un nuevo Narciso dentro de la tina
-dentro de la fuente-
contemplando una de sus telas
como Narciso habría querido contemplarse:
desde el agua hacia afuera.
* 195... precisión, capaz de captar imparcialmente
lo que se ofrece ante su cristalino ojo de cíclope,
y lo usa.
Pero no lo usa simplemente,
sino con el cuidado con que el poeta
... usa la materia... más peligrosa
... de... evocar o invocar
... relaciones visible e invisible...
... la fotografía...
* 196... en el fuego frío
de la inteligencia y de la sensibilidad
mejor concentradas y más despiertas, ...
* Para serlo ha escogido,
no sé si voluntaria o involuntariamente,
no sé si por elección consciente o por azar,
acaso por silencioso orgullo,
acaso por timidez,
uno de los medios que más incitan a la desconfianza
de quienes no reconocen
en un instrumento mecánico
la validez para convertirse
en vehículo de expresión artística:
la cámara fotográfica.
* "Piensa como una máquina",
decimos del dueño de un cerebro de presición
cuyo único defecto consiste
en no dar lugar a lo imprevisto.
* Lo maravilloso es convertir un instrumento
en algo que sienta y piense.
* ... los pensadores
que trabajan con las manos en el cerebro,
trabajan con el cerebro en las manos.
San Dionisio,
... es un santo que tiene la cabeza en su lugar,
puesto que la tiene en las manos.
... su cámara, su cerebro,
ejercita el poder mágico
de captar imágenes nacidas para el momento.
Detener lo inasible, hacer durar el instante,
lograr que los dedos de nuestros ojos
palpen el misterio
que se deprende a veces de un objeto
o se aloja en un ser
o en las sombras de un ser y de un objeto,
son las operaciones poéticas...
... ¿?...
está presente lo que podemos llamar la obsesión,
la preocupación de la muerte.
197...  la presencia de la muerte en las fotografías
de este poeta de la imagen
no tiene sentido caricaturesco
o acento macabro
ni intención humoristica o satírica, ...
... ¿?... 
hace posible que ante sus mejores fotografías
nos encontremos frente a verdaderas
representaciones de lo irrepresentable,
frente a verdaderas evidencias de lo invisible.
* ... entre lo más cándido y
los más intencionado y consciente.
198  INVITACIÓN A LA MUERTE
Lo que pasó lo tiene la muerte;
lo que pasa, lo va llevando.
  Quevedo.
199 Es verdad que habitualmente
nadie se muere dos veces,
pero también es verdad que
nadie deja de morirse una vez cuando menos.
El remedio de todos los males.
* 200 En tiempo de guerra
el soldado procura la muerte de su prójimo
a quien llama súbitamente
y sin razón alguna su enemigo;
y en todos tiempos cobra por ejercer su misión
a plazos más o menos cortos.
En cuanto al médico,
con métodos más hipócritas y sutiles,
trabaja incesantemente.
... pero el hombre
es un animal de costumbres y,
ya ve usted,
poco a poco
le he ido cobrando cariño y afición a ésta
hasta el punto de preocuparme
por la marcha,
qué digo marcha,
por el paro inminente del negocio.
201 Todos me confian su dolor
como si fuera su deudo o su amigo
y siemrpe con la seguridad,
por otra parte verdadera,
 de que serán comprendidos al punto.
Y aunque así fuera.
Yo tengo otra idea acerca de las mismas cosas.
Creo que a un cliente se le debe recibir sonriendo,
discretamente,
pero sonriendo siempre alegremente,
para hacerle comprender
que también nosotros preferimos
que sea su amigo,
o su esposa,
o su hijo el que haya muerto
y no él.
Y en todo caso,
para hacerle perder el miedo a la muerte.
Fácil o difícil,
esto es lo único que en realidad debe importarnos.
No ha sido otra mi finalidad
desde que entré a trabajar en esta casa.
202... asistimos a la fiesta con invitación o sin ella.
... los preparativos se hacen con más cuidado,
con menos prisa y hasta con cierto gusto.
... Todos hemos oído hablar de la danza de la muerte:
en cambio nadie habla de su entierro.
La sastrería tiene encantos superficiales y ligeros
si usted quiere, pero menos monótonos.
... el sastre es un artista y el enterrador no lo es
... depende,
cuando se ofrece chilorio en el entierro...
o unos tacos de machito de carnero
... Mayor de edad...
203 ¡Me crispa usted los nervios!
No seré yo quien lo atienda.
A usted le corresponde.
Sus deberes... querrá usted decir.
Pues no seré yo quien lo impida:
descanse en paz.
204... todos los clientes tienen en cuenta que
se trata de un objeto personal y de uso exclusivo.
Y, sobre todo, de una elección definitiva:
Es un modelo para banqueros,
líderes o perezosos de nacimiento.
Un ataúd forrado de corcho.
El corcho, como usted sabe,
amortigua todos los ruidos.
Otro con ventanas a la altura de los ojos,
o con un sistema de ventilas adecuado
a una respiración fatigosa;
este último fue el más reciente encargo
de la señora viuda de un asmático.
En otras épocas el hombre era sepultado
en compañía de seres y objetos familiares.
205 En una época como la nuestra
el hombre busca el confort
y no se decide a romper del todo
con el mundo que ha abandonado
casi siempre involuntariamente.
Desde luego los de caoba y después los de cedro.
Los segundos son menos finos,
pero tienen la ventaja de perfumar cuanto guardan.
continuar en la 206...
### Vocabulario:
188 arredran, 171 gnómica, 153 baedecker, 67 deslíe.
54 Pico de Mirandola, 23 Gide, 22 Pound, 18 Eliot, Apollinaire, 17 zafía.

####Nota: márgenes 13 mm todos los lados para perforar. Tamaño del papel: carta angosto. 10.8 x 27.9 cm. cortar con escuadra.###

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