#LaCitaExtrañaCon #EliseoDiego
861CU D53 O27 Eliseo Diego, Obra Poética, Ed. FCE 2003 México pp 780.
12 “el poema debe significar con su ser”
39 La penumbra del patio, suave y honda cobija de la luna bajo nocturnos plátanos, ...
41 ... los gobernados arroyuelos de piedra por donde navegan los bergantines dorados de las hojas sin saber el tamaño menudo y deleitoso de su aventura ni el agradable olvido de aquel sombrío puerto, ...
71 ... o un libro es o no vale la pena,
Sirvan entonces los poemas para ayudarnos a atender como nos ayudan el silencio o el cariño.
No es por azar que nacemos en un sitio y no en otro, sino para dar testimonio.
83 Ellos quisieron resguardar en la cañada, en la dura tiniebla del país, la pobreza radiante de la guerra.
87 LA GUERRA
El fiel anciano repasa sus memorias.
El caballo sediento, y el fino gallo que sacrifican.
Y pasa la tarde lenta en la casa que la vasta lluvia encierra.
Va entrando el agua, y no cierra el postigo.
Y un instante nos da en la cara, fragante, la intemperie de la guerra.
92 ... la riqueza insaciable del minucioso mundo que nos ciega.
95 ... el dormido corazón del pueblo.
117 ... duerme, y no espera otro prodigio que el silencio. No tiene otra promesa que su sueño.
224 El toro de la noche ...
Mas la tiniebla hierve en cada poro. De la sombra a la luz: tal es el juego.
... ¿cuál es la bestia y cuál es su figura, quién las distingue en plana arremetida?
244 Tobaco Superior
245 “En la segunda estancia no había ya luz – dijo el hombre - . Yo entré a tientas. Entonces fue que mi mano tropezó en la tiniebla con el flanco sedoso y cálido. Observen ustedes: yo nada podía ver, pero mi mano tropezó con aquel flanco tibio en la tiniebla.”
246 ... su imaginación inaugura los festejos del otro espacio en que se vive de milagro y cada movimiento está lleno de sentido y belleza.
304 CAÍDA
¡Con qué incesante avidez
caes de uno en otro
segundo en el café
donde la vida
se abroquela en manteles
y delicias
y todo está
por fin a salvo
de todo en todo si no fuese
tu incesante caer
de uno en otro
extraño observador
que aterrado
se mira ir
de sí en sí mismo
por el café hacia adentro
entre manteles
botellas y
delicias, raudo,
de sí en sí mismo,
sí,
precipitándose al olvido!
305 ADENTRO Y AFUERA
Féretro de las sobras,
gruta
de corrupción, en las paredes
donde suda el horror
el mismo viejo puño graba idiota
la perpetua inscripción:
César fornica con su alma.
Hiede,
como un desecho más,
la risa.
Y sin embargo,
el sol,
afuera y através de qué vertiginosas transparencias,
dibuja, con cuidado,
cada hoja
en el oro del tiempo.
328 Ya es inútil volver, ya no te esperan,
se acabó el circo, la ciudad, fría la cena,
ya es inútil volver: te atrapó el Arte.
330 el fuego qué es sino la inteligencia del hombre.
... abre su grueso diario.
Toma su pluma de ganso y la sopesa entre los dedos:
sangre, vida de bestía hecha cosa para el servicio del hombre
Moja la punta en el tintero de cuerno, ...
mira la blancura terrible de la página.
Sabe que está esperándolo desde el principio de todo.
Virgen, está esperándolo desde que se asentaron las rocas
y se fijó un límite al capricho de las olas.
... siente el vértigo con que lo llama el abismo de la página,
... prudente, se resiste y sólo con la punta de los dedos toca el blanco mágico.
Escribir la primera palabra será como empezar a no ser,
como engendrar o como morir, los dos extremos que son una y la misma embriaguez,
pavorosos principios, triunfos, catástrofes, glorias.
355 LA CASA ABANDONADA
Desde el camino las ventanas
cerradas ves al sueño de tu vida.
Vagan allá tus tardes, tus mañanas,
como apenas la luz por las ventanas.
Bien que el rumor de los cubiertos
oculto está por fin, y sólo
por los cuartos desiertos
sopla es casto silencio de los muertos.
371 EL PERRO Y SU AMO
Aquel a quien rehúyen
por su avidez desesperada,
su burda gracia de revés
y lobrega mirada.
es quien acoge al vagabundo
de pobre lana enrevesada,
la cola rápida al azar
y tanta sed en la mirada.
Comparten mudos leche y pan,
ven que no sobra nada,
y se refugian los dos en
la luz de la mirada.
381 ¿No somos todos una
sola cadena que empezó y no acaba
sino cuando la luna
no mire ya al que está, estará y estaba?
¡Oh desdicha... o fortuna!
384 el otro tú que es tú de pesadilla.
386 ... la mayor locura... es dejarse
morir, sin más ni más...
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
401 LA PÁGINA EN BLANCO
Me da terror este papel en blanco
tendido frente a mi como el vacío
descolgándome a pulso pozo adentro
sin saber dónde voy ni cómo subo
trepando atrás palabra tras palabra
que apenas sé qué son sino son sólo
fragmentos de mí mismo mal atados
para bajar a tientas por la sima
que es el papel en blanco de aquí afuera
poco a poco tornándose otra cosa
mientras más crece la presencia oscura
de estas lines si frágiles tan mías
que robándole el ser en mi lo vuelven
y la transformación en acabándose
no es ya el papel papel ni yo el que he sido.
408 Y el hombre le dio al hombre donde duele
para alivierle el hueco de sus ansias.
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