#LaCitaExtrañaCon Jaime Sabines
"Horal" "La Señal"
Ed. Joaquín Mortiz SA de CV,
México 2001, pp 116
861M S13 H67 2001 R1 Biblioteca VasConCelos
Ejemplar 5.
Y será como el que tiene hambre y sueña,
y parece que come, mas cuando despierta,
su alma está vacía... Isaías (29, 8)
12 HORAL
El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...
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13 LENTO, AMARGO ANIMAL
que soy, que he sido,
amargo desde el nudo de polvo y agua y viento
que en la primera generación
del hombre pedía a Dios.
Amargo como esos minerales amargos
que en las noches de exacta soledad
- maldita y arruinada soledad
sin uno mismo -
trepan a la garganta
y, costras de silencio,
asfixian, matan, resucitan.
Amargo como esa voz amarga
prenatal, presubstancial, que dijo
nuestra palabra, que anduvo nuestro camino,
que muríó nuestra muerte,
y que en todo momento descubrimos.
Amargo desde dentro,
desde lo que no soy,
- mi piel como mi lengua -
desde el primer viviente,
anuncio y profecía.
Lento desde hace siglos,
remoto - nada hay detrás -,
lejano, lejos, desconocido.
Lento, amargo animal
que soy, que he sido.
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14 SOMBRA. NO SÉ. LA SOMBRA
herida que me habita,
el eco.
(Soy el eco del grito que sería.)
Estatua de la luz hecha pedazos,
desmoronada en mí;
en mí la mía,
la soledad que invade paso a paso
mi voz, y lo que quiero, y lo que haría.
Éste que soy a veces,
sangre distinta,
misterio ajeno dentro de mi vida.
Éste que fui, prestado
a la eternidad,
cuando nací moría.
Surgió, surgí dentro del sol
al efímero viento
en que amanece el día,
Hombre. No sé. Sombra de Dios
perdida.
Sobre el tiempo, sin Dios,
sombra, su sombra todavía.
Ciega, sin ojos, ciega,
- no busca a nadie,
espera -
camina.
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16... se van matando el uno al otro.
En silencio se van llenando el uno al otro.
19... Dios...
... puso en mi corazón imposibles imágenes
y una gran libertad desconocida.
20 Siempre el mismo y distinto.
Yo soy: ahora, aquí, siempre, jamás.
21 Mudé de piel a cada caricia.
22... me duelen las manos de tanto no tocar...
me duele el aire herido que a veces soy.
23 De polvo a polvo soy.
24 Eso que nunca he dicho
empiezo a callar.
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26 UNO ES EL HOMBRE
Uno no sabe nada de esas cosas
que los poetas, los ciegos, los chichifos,
llaman "misterio", temen y lamentan.
Uno nació denudo, sucio,
en la humedad directa,
y no bebió metáforas de leche,
y no vivió sino en la tierra.
(La tierra que es la tierra y es el cielo,
como la rosa rosa pero piedra.)
Uno apenas es una cosa cierta
que se deja vivir, morir apenas,
y olvida cada instante, de tal modo
que cada instante, nuevo, lo sorprenda.
Uno es algo que vive,
algo que busca pero encuentra,
algo como hombre o como Dios o yerba
que en el duro saber lo de este mundo
halla el milagro en actitud primera.
Fácil el tiempo ya, fácil la muerte,
fácil y rigurosa y verdadera
toda intención de amor que nos habita
y toda soledad que nos perpetra.
Aquí está todo, aquí. Y el corazón aprende
- alegría y dolor - toda presencia;
el corazón constante, equilibrado y bueno,
se vacía y se llena.
27 Uno es el hombre que anda por la tierra
y descubre la luz y dice : es buena;
la realiza en los ojos y la entrega
a la rama del árbol, al río, a la ciudad,
al sueño, a la esperanza y a la espera.
Uno es ese destino que penetra
la piel de dios a veces,
y se confunde en todo y se dispersa.
Uno es el agua de la sed que tiene,
el silencio que calla nuestra lengua,
el pan, la sal, y la amorosa urgencia
de aire movido en cada célula.
Uno es el hombre- lo han llamado hombre-
que lo ve todo abierto, y calla, y entra.
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30... Mi corazón desde hace días quiere hincarse
bajo alguna caricia, una palabra.
... cuerpo... gran distancia:
de pezón a pezón cien labios y una hora,
de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas.
31... mi cama.
... un escaparate
de maniquíes desnudos...
32... mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
36 Roto, casi ciego, rabioso, aniquilado,
hueco como un tambor al que golpea la vida,
respondiendo las mismas palabras
para las mismas cosas siempre,
... asqueado.
... dígan...
una palabra de alegría, otra de amor, ...
... gesto de ternura en... rostro
... dormido
... pudo inventar...
las rosas para la poesía.
37 La vida no es fácil.
es más fácil llorar, ....
... hacia dónde va mi corazón.
38... una palabra,
... inútil, ama...
39 con siglos de estupor,
con siglos de odio y llanto,
... no hay tiempo sino para vivir.
40 Un desgraciado como yo
no ha de ser siempre desgraciado.
He aquí la vida.
... una mirada inequívoca en los ojos
... con el corazón en las manos
ofreciéndolo a nadie.
... y... a...
odiadores que pagan con moneda de amor.
41 Nadie podrá prestarme su vida.
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LOS AMOROSOS
Los amorosos callan
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre - ¡qué bueno! -
han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
43 En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin Diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a machos que duermen con la mano en el sexo,
complacidos,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
44 Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
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46 Penoso es luchar con el corazón.
Cada uno de nuestros deseos
se compra al precio de nuestra alma.
Heráclito.
56 Alguien me habló...
al oído, despacio, lentamente.
Me dijo: ¡vive, vive, vive!
Era la muerte.
63 Me conmueves... tú
representanto tu vida
con esa pasión tan torpe
...
como el que quiere matarse
para contar: soy suicida.
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67 EN LA SOMBRA ESTABAN SUS OJOS
y sus ojos estaban vacíos
y asustados y dulces y buenos
y fríos.
Allí estaban sus ojos y estaban
en su rostro callado y sencillo
y su rostro tenía sus ojos
tranquilos.
No miraban, miraban, qué solos
y qué tiernos de espanto, qué míos,
me dejaban su boca en los labios
y lloraban un aire perdido
y sin llanto y abiertos y ausentes
y distantes, distantes y heridos
en la sombra en que estaban, estaban
callados, vacíos.
Y... en sus ojos, sin nadie,
se asomaba sin nada a los míos
y callaba y miraba y callaba
y sus ojos abiertos y limpios,
piedra de agua, me estaban mirando
más allá de mis ojos...
qué solo estaban, qué tristes,
qué limpios.
Y en la sombra en que estaban sus ojos
y en el aire sin nadie, afligido,
allí estaban sus ojos y estaban
vaciós.
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74 EL DIABLO Y YO NOS ENTENDEMOS
como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
va a todas partes conmigo.
Se me trepa a la nariz
y me la muerde
y la quiebra con sus dientes finos.
Cuando estoy en la ventana
me dice ¡brinca!
detrás del oído.
aquí en la cama se acuesta
a mis pies como un niño
y me ilumina el insomnio
con luces de artificio.
Nunca se está quieto.
Anda como un maldito,
como un loco, adivinando
cosas que no me digo.
Quién sabe qué gotas pone
en mis ojos, que me miro
a veces cara de diablo
cuando estoy distraído.
De vez en cuando me toma
los dedos mientras escribo.
Es raro y simple. Parece
a veces arrepentido.
el pobre no sabe nada
de sí mismo.
cuando soy santo me pongo
a murmurarle al oído
y lo mareo y me desquito.
Pero después de todo
somos amigos
y tiene una ternura como un membrillo
y se siente solo el pobrecito. ... 75
---
80... poesía, ...
sálvame de mísmo.
...
ayúdame a ser...
... moneda que...
... socorra...
el pan bendito.
81 no me dejes raíces de congoja
...
no quede en mí un amante,
ni un luchador, ni un místico.
...
óyeme hablar sin voz,
oye lo que no he dicho,
...
Yo soy, ...
... un lugar vacío,
un lugar al que llegan de repente
mi cuerpo y tu delirio
84 No tengo "hambre de amor"
---
87 El exterminio asiste a los amante.
Hay quien sin darse cuenta camina en el suicidio
como si visitara la muerte de un extraño.
El hombre dice polvo y soledad y angustia.
La esperanza, asustada, se refugia...
... en los tontos
... en nosotros, los que todavía,
por la gracia del verbo,
somos desgraciados.
... estoy enfermo, estamos
bebiendo diariamente vida y muerte mezcladas,
en nuestro pan hay piedras,
tenemos sucio el llanto,
acudimos a nuestro corazón
como a una casa limpia
pero tenemos que dormir
sobre montones de basura
y cuando llega el día
no podemos tomar leche a pie de la vaca
sino brebajes de perdición en manos de brujas.
amanecer no es hoy darse cuenta del día.
La sangre a veces se congela en los ojos
que quiere ver el mundo.
Tu mano de amor se hará de piedra
si tratas de secar el llanto a tu vecino.
No hables, no escuches nada, no socorras,
no llames en tu auxilio,
que cada quien se ahogue bajo sus propios gritos,
en sus gestos de espanto para la mímica universal.
... tu desaliento no tiene sentido,
88 óyeme hablar de la primavera.
Yo siento a veces
que los pulmones se me quiebran,
que la carne toda se me quiebra
igual que un vidrio golpeado por un martillo;
siento que alquien
les aprieta el pescuezo a los pájaros
dentro de las jaulas,
que alguien mete un perro y un gato en un costal,
que les dan con un mazo en la nuca a los corderos,
que degüellan
... juntándoles la cabeza a la espalda;
pero óyeme hablar de la primavera.
La miel se cosecha todavía en las bodegas
y en los libros. La ternura existe.
Vamos a morirnos cada quien en su sitio
calladamente. No hay que darle importancia.
---
... el engaño
de la palabra tierna que desea,
---
* 91 DESPUÉS DE TODO
- pero después de todo -
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.
Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.
A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.
Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.
Soledad, márcame con tu pie desnudo.
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.
---
92 Me aproximo a la tinta
cuando escribo llorando.
93... los desamparados,
... los que no esperan nada esperanzados.
...
El corazón golpeándome en las manos
los ojos sumergidos en un vaso con noche
sobre el buró, mirando.
95 Sembrando en el estiércol de los días
miro crecer mi amor,
---
102 Hay un idiota como yo andando,
platicando con gentes y fantasmas,
echándose en el lodo y escarbando
la mierda de la fama.
Puerco de hocico que recita versos
...
Puerco del mundo fácil
en que el engaño quiere hacer que engaña
mientras ácidos lentos
llevan el asco a la garganta.
... siento que en ... pecho van creciendo
muertes y almas.
...
que no pregunta porque no pregunta
ni quiere nada.
---
103 Si grito, van a venir las gentes
... No tengo ganas.
104... el miedo aúlla en el alma.
105 ciudad de escombros, tierra quemada,
corazón podrido,
...
peste del alma.
106...me refugio en las pequeñas cosas,
los libros, el café, las amistades
busco paz...
reposo en la esperanza,
pero no puedo huir, es imposible:
amarrado a mis huesos,
107 hablando por los poros silenciosamente.
...
miramos por encima de los hombros
qué hacemos, qué somos.
...
Dulce cansancio del reposo,
el sol vuelve a salir y el hombre sale
108 a que lo empuje el viento.
...
No soy éste o el otro, soy ninguno,
... danza de espectros.
...
corazón ensartado en... hueso.
De paso voy pero no al paso
del reloj o del sueño,
...
Me apagan y me encienden,
...
Fumo, y es algo ya. Bebo,
como mi pan, mi sal y mi desvelo,
... me pierdo.
... en el viento,
110 hijos de la locura, caminemos
en torno de los esqueletos.
111 Gloria del hombre vivo:
¡espacio para el miedo
que va a bailar la danza que bailemos!
...
Trigo de muerto, pan de cada día,
112 Ejército de ciegos,
113 uno tras otro, de repente,
metiendo el pie en el hoyo de la muerte.
...
Coros de ruinas organiza el viento.
...
y todos en silencio.
...
No pasa, no sucede, no hablar del tiempo.
Esto ha de ser, no sé, esto es el fuego
- no brasa, no llama, no ceniza -
fuego sin rostro,
115... hombre de trapo,
hilo del Gran titiritero,
...
Bien decía yo que no te querían,
poeta, y bien hacías, ...
en tirarles margaritas a los cerdos.
116 - ora pro nobis -
...
El alacrán te concede la magistratura del incienso.
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Vocabulario:
114 aprisco, 112 votivo, 103 barbotar, 84 tufos, 39 estupor, embrocado, 19 oquedad.
#### Nota:
Márgenes 13 mm todos los lados para perforar.
Tamaño del papel: carta angosto, 10.8 x 27.9 cm.
Cortar con escuadra.###
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