martes, 24 de enero de 2017

#LaCitaExtrañaCon #FinaGarcíaMarruz
861CU G37 A57 Fina García Marruz, Antología Poética, Ed. FCE, 2002 México. Pp 327.
76 LOS INDIOS NUESTROS
Hoy vagan como las hadas al resplandor de la luna. Plácido.
No nos dejaron imponentes templos
en que la piedra aullaba
con la imaginación de la serpiente
y de la flor, del trueno o de las aguas.
ni sílabas misteriosas
Atl, tla, “yo sufro”, “agua”,
para recordarnos el sufrimiento por el agua,
el hundimiento atlántico, el diluvio
contado por las viejas crónicas,
cuya huella perdura en esos rostros
inmemoriales, mudos,
rayados en la obsidiana,
que retrotraen a Henoch, el nombre inverso
de Noé, y a Tenochtitlán, rica
en mercados y plazas.
No nos dejaron ese idioma sibilante
en que las consonantes silbaban como pájaros
en una atolondrada floresta, o como flechas
rapidísimas, cerbatanas emplumadas
volando hacia los enramados arcos
de los que descendía, atravesando, el actor niño,
disfrazado de mariposa.
Sólo algunos nombres
en que la o y la a abrían y cerraban
crepúsculos y albas: a siempre materna,
marina siempre, enes de canoa,
o de oído de concha o caracol,
cao, coa, aca, empezaban así
muchas de esas palabras
de su idioma tiernamente vocálico,
porque son las vocales las que cantan,
las que dejan entrar en el nombre la luz.
Piedras humildes nos dejarón,
no piedras soberbias.
La hamaca, la pelota, el casabe,
la dicha en el reposo,
los juegos en la luz,
la sabiduría del pan.
Leves eran, y “suaves, y de mucha risa”
Su epitafio el de la flor: no dejé huellas.
¿Qué huella deja el día,
la mañana primorosa, con las escenas
de la pesca o del baño,
qué huella la rápida mirada del amor?
Qúe grandeza
real, ya solemne o graciosa,
ha dejado más huella
que la que deja la noche
o el pájaro que vuela hacia su otro hogar?
No dejaron materiales incontables
para la erudición: sólo un borde
de cazuela, un adorno, una cuenta.
¿Dónde los ligeros movimientos
del gracioso cuello al seguir la pelota
por el azul? Hierro potentes
no pudieron apresarlos:
Demos gracias.
Ellos fueron semejantes a ese pececillo
que no pudo ser cogido en la red.
Esto lo cuenta el padre De las Casas
que presenció este único areito
de que se tiene cuenta,
y cómo con la música y los bailes,
fingían los movimientos del pez
en el momento de escapar, de escapar de lo extraño
asediando, hacia el ondenante azul,
su reino, el nuestro, el intocado eterno,
dejando por toda crónica esa entrañable historia.
... 78
147 QUIERO ESCRIBIR CON EL SILENCIO VIVO
Quiero escribir con el silencio vivo.
Quiero decir lo que la mano dice.
Porque tú lees mejor el texto vivo
y el alma, en su guerrear callado, escribe.
A veces la ola blanca da en la roca
de espumeantes cavernas y sus fauces
orla con su jirón que hace y deshace
letras que tú descifras.
Que la boca calle y entre a lo blanco en la esforzada faena que se pierde.
La luz poca, mi alejarme de ti de cada día,
pausas son del sentido,
inacabadas imágenes de mí.
La línea tosca salta y completa tú la melodía.
165 LOS CONTRARIOS
(A la imagen de Cristo entre dos ladrones)
1
Ladrón es quien está de un solo lado,
quien izquierdo o derecho el ser divide,
yo el ladrón quiero ser que te ha mirado
siguiera en el morir.
Por otras lindes vida o muerte,
quehaceres o porfías fáciles van
¡que es fácil la querella
que se divide en líneas enemigas
sin desgarrarse en cruz!
Ay, cómo ellas se reparten
y juegan los vestidos de aquel que está en el medio,
cada una tiras de su verdad flameando al viento!
Mientras que callas tú en el centro de todo,
en ese punto que entrecruza lo enemigo y lo torna sufrimiento.
2
No apuestes sobre los vestidos del llagado,
no apuestes para saber a cuál de los dos toca parte del tesoro.
No con menos que con el todo te conformes.
No con menos que con la entera verdad del solitario
a quien acompañó el cielo mudo
y la tierra estremecida.
A la izquierda de Quién,
a la derecha de qué leño ardiendo te encuentras
Los cielos, con todas sus estrellas,
la irante crucifixión que esplende,
tienen otras proclamas.
Cede a tu hermano la tierra, el pan que le quitaste.
Y tú, dale su dios,
que es el suyo y de todos.
Porque los dos robaron algo al hombre,
el pan de la tierra,
o el pan del cielo,
el pan natural
o el pan sobre natural.
Porque los dos amaron parte de la justicia
y también en la injusticia tuvieron parte.
Porque los dos hiciéronse la guerra
cegándose a la ajena verdad de su contrario.
Para que la balanza esté en el fiel
extraño hombre -
es preciso que cada carga ceda
una justa mitad a su contrario,
para que no descienda con el peso de su razón solitaria a los abismos!
O el equilibrio o la cruz
(el equilibrio será la cruz!),
o la reconciliación
o el fin.
O la justicia ha de alcanzar a todos,
o para todos ha de estallar el fin.
No apuestes sobre los vestidos del llagado,
no echemos suertes para ver quién gana o quién pierde.
Cualquiera de los dos que muera
matará al que se encuentra en el medio sufriendo en la crucifixión de la verdad
en la contradicción de la verdad
en la pasión sin fin de la verdad.
“Yo soy la verdad”
dijo el que se quedó solo.
cualquiera de los dos que muera es el Hijo del Hombre.
... 168
181 ... En los congresos, alojados en hoteles de lujo, discutían, comían, gentes de toda traza,
hirsutos a posteriori, rebeldes de la indumentaria, guerrilleros de la sobremesa,
 firmantes de la valiente proclama escrita en país ya liberado,
desde luego, por otros.
264 ... dijo Martí ... que no era en los libros de poemas sino en los de ciencia en los que hallaba la poesía y el orden del mundo. ... analogías entre leyes de la natruraleza y las leyes del espíritu. ... siendo mi trabajo poético sólo de copia o relación, como el de aquellos monjes que hacían “versiones a lo divino” de viejos poemas profanos sin alterarles una palabra, tan sólo dándoles el giro inesperado de un sentido distinto o una anhelante alusión. ... pudiera haberse llamado “Citas textuales”... A veces mi trabajo ha sido sólo de montaje o selección de imágenes, como en el cine, o de rápidos cortes necesarios. Otras, me he animado a entonar mi propia aria, como todo pájaro cantor. ... de casual entretenimiento poético o recordada información, ...
265 ... y sabía cambiar con sus tropos el giro de la realidad, siendo así que la bestia del Imperio se convirtió a la doctrina del Cordero, haciendo irreconocibles sus pezuñas, ...
287 SALOMÓN Y LA ROSA
Vanitas...
¿Como no me voy a envanecer, dijo la rosa,
cómo no me voy a envanecer,
si entre tantos que murmuran del tiempo y se quejan de sus pérdidas,
sólo yo ardo tranquila una hora en el rojo?
301  Por el amor lascivo y la codicia, “ no hay hermanos ni parientes”...
... como joven bailaré con los mancebos! El viejo que baila entre los mancebos, ...
“El fruto de la oliva brota”, susurra el viejo. ... 302
Martí ... dijo ... “Soy el Amor” y se sintió arpa “donde vibra el Universo”.
 310 ... Se trata entonces de un giro,
de partir de más atrás o de ver más al fondo la cosa ahí, girante astro.
Imantar el punto frágil que atraerá tu hierro,
313 Qué ningún acto que realicemos en el día,
ni aún el más modesto, sea mecánico.
trata de rescatarlo ... lo que poseíamos sin darnos cuenta.
315 Poeta es ese extraño cazador que sólo da en el blanco cuando el pájaro salta libre. Poesía es incorporar, no destruir, tener la sospecha de que aquel que no es como nosotros tiene quizás un secreto de nuestro nombre.
Todo poeta siente, al trabajar, que sus palabras son moldeadas por un vacío que la esculpe, por un silencio que se retira y a la vez conduce el hilo del canto, y toda su impotencia y toda su fuerza consiste en la necesidad de desalojar a ese único huésped necesario.
317 Lo que más nos importa, en las cosas y sobre todo en las personas ... son ... su esencia misma, lo que emana de ellas involuntariamente, como el olor de la resina del tronco.
Sólo la poesía tiene el secreto de la fidelidad al ser y saber atravesar las lindes sin destruirlas, como la luz al cristal.
318 ... recordaríamos que si al cortar la cizaña, cortan también el trigo, no quedará más que el hambre sobre la tierra.
La poesía no es el reino del “deber ser” sino del ser, ...


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